*Horizontes del Silencio*

Un día le pregunté al hermano Agustín Fontaine, “¿Por qué Dios no nos habla?”, a lo que él respondió rápidamente, “ ¿a vos te parece que no nos habla?. Nunca lo había pensado de ese modo. Quizás sea al revés y nos esté hablando demasiado. En cada rincón de la tierra, en cada niño que llora, en cada hombre que muere por falta de agua potable, en cada mujer que no llega a cumplir los 30 años por mala alimentación. En cada bebé que está aplastado bajo escombros producto de guerras, que dicen ser “por la paz”.
Ese silencio que yo cuestionaba tanto, es el que ahora valoro. Esa repregunta que me planteó mi amigo, abrió en mi mente un sin fin de críticas y culpas, pero no a Dios, sino a la humanidad. No nos hacen falta tantos discursos, ni palabras ostentosas, ni frases con rima. Con tan solo una imagen, con sólo ver la miseria de cada uno de nuestros países, me basta para pensar que el Señor habla cada vez más fuerte, que nos hace llegar por todos los sentidos sensaciones, vivencias y dolores extremos, para que reaccionemos.
Los efectos del cambio climático, las guerras, los asesinatos, suicidios, atentados, indiferencia, el desinterés, el egoísmo y un sinfín de acciones que condicionan la libertad del otro y que nos dejan sin un futuro digno. Vamos hacia allí, hacia un horizonte que podrán experimentar las próximas generaciones. Imaginémonos parados en ese borde y miremos ese abismo infinito de los próximos años, o mejor no. Giremos 180grados y veamos que hacemos hoy para forjar ese devenir. Lejanía es una fecha, una proyección, un sueño, una utopía, al futuro lo construimos y lo dañamos ayer, lo edificamos y deterioramos a cada instante.
Hubo muchos que comunicaron en el silencio, muchos con buenas acciones solidarias, cooperativas y desinteresadas. Muchos que prefirieron callar como una muestra de oposición. Muchos que sufrieron el silencio de otros, otros que se salvaron por el silencio de muchos. Deberíamos tomar el ejemplo y las vivencias de esas grandes personas que comunicaron en el silencio, que dejaron una enorme huella en el aire que respiramos.
Aquí sólo tres de tantos que se animaron a desafiar, a resistir y a proponernos que actuemos para en vez de desperdiciar, valoremos y sostengamos este mundo natural y social, que tanto nos da y al que tanto sometemos.



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