Reciclando Oportunidades...

*Oídos Vacíos*

A veces sentimos que nuestra cabeza explota, que estamos cansados, agotados de la rutina y de la ciudad. El ritmo agitado de todos los días, las prisas y las corridas nos impiden, muchas veces, disfrutar de los seres que tenemos alrededor.
Gritos, quejas, agresiones, apatía, mal humor hacen que las horas pasen como imágenes de una película acelerada. Los nervios nos ganan y vivimos constantemente inmersos en pensamientos egoístas.
Frases como “nadie me entiende”, “el mundo está en contra mío”, “todos me tratan mal”, son síntomas y demostraciones de una falta generalizada de consenso, reciprocidad y comprensión. Los hijos no escuchan a sus padres, los choferes hacen lo mismo con los usuarios del transporte, los políticos no oyen las necesidades de la sociedad, el vecino no presta atención a las palabras del otro, y así seguimos transcurriendo las jornadas cargadas de superficialidad.
“Nada es fácil ni tan útil como escuchar mucho” decía el filósofo y humanista español Juan Luis Vives, hace aproximadamente cinco siglos atrás. ¿Será propio de la naturaleza del hombre? , no se puede afirmar, luego de leer la frase del pensador, que “ahora nadie escucha” culpa de las nuevas tecnologías, que agudizan el individualismo y focalizan la atención en las pantallas. ¿Qué será entonces lo que provoca una crisis de atención en las conversaciones?.
Escuchar es una intención, una predisposición personal que implica alinear la atención del cerebro, del cuerpo y las emociones hacia la captación de las palabras del otro. Pero recibir los sonidos como si se percibiera el motor de un automóvil de competición, no vale la pena. Vale el compromiso de la escucha, la empatía con el otro.. ese otro que necesita la atención y reflexión de sus palabras más que un oído vacío. Es tan simple como recibir las palabras ajenas y devolver un consejo, una guía o un abrazo.
Tener paciencia, eso que pocos suelen cultivar y muchos soslayan por la vocación de ir cada vez más a prisa. La tranquilidad en la vida no se logra por las corridas, el enfado tras llegar tarde al trabajo, el reprender a tus hijos constantemente. La calma emocional se fortalece día a día disfrutando de las situaciones cotidianas que nos “hacen perder tiempo” o mejor dicho ganarlo.
El dedicar un rato a los seres queridos escuchando sus problemas, sus alegrías y tristezas, compartiendo las nuestras, nos detienen de esas corridas diarias y apaciguan el ritmo de vida.
Cuando empezamos a pensar en lo corta que es la vida y disfrutamos más de una buena conversación con los que tenemos diferencias, encontramos que esas oposiciones no son tan extremas o que las podemos resolver sin tantos rencores.
Es notable el cambio de actitud en una persona que vive más relajada ante una que pasa las horas como si corriera una maratón. Sólo es cuestión de proponérselo y comenzar hoy, cada mañana al levantarse y cada vez que alguien se acerque a decirnos algo.
Debemos aprender a guardar silencio cuando sea necesario, aconsejar cuando veamos al otro en una encrucijada, abrazar al dolido, pero por sobre todo.. escuchar y enseñar a escuchar.

*Contigo*

Seguir creyendo, día a día
Seguir soñando, sin parar
Seguir construyendo, aún en tiempos malos
Seguir apostando, con confianza
Seguir sintiendo, como nunca, más que nunca
seguir compartiendo, con creatividad
Seguir viviendo, con ilusión
Seguir con vos, creyendo, soñando,
construyendo, apostando, sintiendo, compartiendo
y viviendo momentos inolvidables

*Cordones Desatados*

Sonrisas que sin ser risas, palpitan carcajadas. Sonrisas que liberan. Sonrisas que atrapan tan sólo una mueca que calma cualquier dolor, borra toda sombra y olvida las penas. Es ese sonreír picaresco, lento, cariñoso, furtivo, de lado, miedoso, pero que siempre termina mostrando los dientes.
El problema viene cuando por los labios resbala una lágrima. Toda esa hermosa sensación se borró, y como por un precipicio cayó y golpeó con un retumbar de cañones hasta la zapatilla izquierda del niño o niña que no piensas adoptar. Esa lágrima se impregnó en la tela del calzado como su soledad a la esperanza.
Anhelo de tener una familia, una mamá o un papá que lo lleve de la mano a la plaza, que lo escuche, que lo mime, que lo aconseje ante un error cometido. Aquel que le enseñe a perdonar y agradecer. Niños y niñas de cualquier edad, de procedencias disímiles, de etnias distintas, con experiencias de vidas difíciles...
Antes de pensar en utilizar dinero en aparatos tecnológicos, en tanta ropa que luego queda nueva en el closet, entre otros gastos que no son prioridad en el hogar, se puede repensar los destinos de ese monto que se dispone y proponerlo para la adopción de un hijo/a.
El adoptar no es excluyente de tener hijos propios, todo lo contrario, numerosas familias están conformadas por hijos naturales y adoptados, creando lazos todavía más fuertes y disfrutando mucho mas del gran compromiso y felicidad de ser padres, hermanos, tíos o abuelos.
Los costos de adopción nacional por una agencia pública van desde cero a dos mil quinientos*, por agencia privada desde cuatro mil a treinta mil* dólares y de forma independiente ronda entre los ocho y treinta mil* dólares. Mientras que adoptar por medio de multinacionales, agencia privada o independiente varía entre los siete y veinticinco mil* dólares. (*Cifras aproximadas, Fuente: http://statistics.adoption.com)
En caso de adoptar menores en edad escolar o con dificultades físicas, emocionales o mentales, o jóvenes con mayor exposición a drogas o medicamente frágiles, existen créditos de impuestos federales que ayudan a las familias a solventar los gastos y necesidades que puedan llegar a tener. También es posible acceder a un subsidio de adopción. (Para más información puede comunicarse con North American Council on Adoptable Children –NACAC-)
Cuando las ganas, el compromiso y las necesidades de compartir su vida con otros están, no existen las escusas, ni los obstáculos. Crear, participar, ayudar, vivir y sentir con otros sus experiencias, sentirse acompañados y poder crecer espiritualmente junto a alguien tiene mucho más valor que todo el dinero del mundo guardado en el banco.
Hay que saber encontrar el verdadero sentido de la familia, que está tan degradado en estos días. Primero hay que empezar por desmitificar la idea de que “un niño/a adoptado será un problema”, ya que las familias que han criado un hijo/a adoptivo no tienen problemas “extras” a los que podrían tener con cualquier hijo natural. Y en muchos casos los “hijo/as del corazón” son quienes en la adultez se solidarizan y cuidan con más cariño y dedicación a sus “padres del corazón”.
El segundo paso es el conocimiento. Tan fácil en estos tiempos con un llamado por teléfono o entrando a distintos sitios web, como por ejemplo la web de Child Welfare Information Gateway, se puede conocer mucho sobre todo lo relacionado a la adopción, desde leyes vinculadas hasta los pasos a seguir para adoptar o la post adopción, entre otros.
Extender una mano cuando hace falta puede significar un gran cambio en la vida, no sólo para quien es acogido en un hogar sino para el que abre las puertas del mismo. Se aprende, se enseña y se comparte constantemente. Sobre todo logrando una sonrisa doble, sabiendo que en la construcción diaria de la vida hay un hombro en que apoyarse, una idea que marque el camino o tan sólo alguien que ofrezca su oído para escucharte.
No permitamos que existan tantos tropiezos y comencemos por atar cordones, que podrán pisar fuerte en el futuro.

"Escapada al Teatro"



"Escapada al Teatro", es la acción del pensamiento, es la ejecución de una serie de movimientos que nos llevan a confiar en el arte, en la cultura. En pleno siglo XXI todavia existen las salas llenas de personas deseosas por contemplar la hermosa e impecable danza del ballet provincial, junto con la pureza de la melodía de la orquesta que lo acompaña.

En esta "Escapada", quise transmitir la magia de la cotideaneidad, desde diferentes planos, ángulos y encuadres, cosas que pasamos dia a dia, al recorrer un camino ya andado, pero que en "una corrida" puede cambiar el ánimo, distraernos y "cultivar" el espíritu y la mente.

"Escapada al Teatro" fue realizado para el Seminario de Periodismo Digital, Profesores: Franco Piccato y Elena Brizuela.

Agradezco la colaboración de la señora Matilde Ferrer.

*Tapando Baches*

Páginas de diarios, zapatillas gastadas, piel arrugada y con suerte un perro al lado. No estoy dando ingredientes para una receta de cocina, ni el listado de utensilios que necesitará para remodelar el living. Estoy definiendo –cruelmente- a una persona sin hogar. Brutalmente, en la medida en que nos basemos en el impacto visual, en lo que poseen materialmente, en el resistir cotidiano. Violentamente porque, así como así, definimos a cada instante a un ser humano como nosotros, sin pensar siquiera un segundo la carga valorativa que contienen nuestras palabras y los prejuicios que lanzamos al aire, sólo porque somos libres de decir cualquier cosa en todo momento y lugar.
Pero ¿qué hay detrás de la mirada perdida?, ¿de la botella de vino?, ¿de la barba larga y los pelos revueltos?.. me atrevo a decir que hay un corazón dañado, años heridos que fueron curtiendo las arrugas y calmando el paso. Tantos pozos en el camino que quitaron el sueño, olvidaron las esperanzas y desilusionaron las ganas de vivir.
Si esas hojas de diarios relataran la vida de cada “homeless”, sus sentimientos, sus luchas, sus realizaciones, quizás, ya no nos sentiríamos tan livianos a la hora de referirnos a ellos. Si esas zapatillas gastadas volvieran a pisar lo andado, cubrirían el asfalto de experiencia; si esas arrugas platicaran sobre la piel reseca, dejarían centenares de anécdotas y consejos; y si ese perro hablara.. seguro diría algo sobre la soledad y el olvido.
Violencia familiar, desalojo, ruptura de lazos sociales y laborales, dificultad financiera, catástrofes naturales y guerras son algunas de las causas por las que las personas transitan sus días y noches en las calles. Muchas instituciones sin fines de lucro, grupos de particulares, el Gobierno, entre otros, ayudan a las personas carentes de hogar con comida, lugares para dormir y aseo personal. Ahora, ¿es sólo eso lo que necesitan?, con un plato de comida no suplimos la soledad diaria, la discriminación, la falta de expectativas. No es desvalorar el alimento que es vital, pero es bueno pensar otras maneras de contener. Una caricia, atención y escucha, compartir horas, ayudar a salir de esa situación de aislamiento social serían una buena línea de escape.
Un techo muchas veces no es suficiente para tantos años de desidia, la inclusión debe basarse en la capacitación y autogestión de proyectos. Trabajar en la reintegración social de las personas sin hogar, para poder en conjunto, con ellos y desde ellos, disminuir la vulnerabilidad, creando oportunidades de desarrollo social y recuperación integral de la persona.
Son más de 770 mil los niños sin hogar que asisten a las escuelas públicas en los Estados Unidos, según cifras de la “National Coalition for the Homeless”. ¿Están preparados los centros educativos para brindar la contención y forjar el futuro necesario para estos niños?, las respuestas a esta pregunta de seguro son una “cadena de culpas” en las que no se llega a nada. La primera institución formadora es la familia, si la familia está dañada, la escuela debería ser la más próxima en el cuidado de los niños, si esta se encuentra desvalorizada, hoy por hoy, como sociedad, no ofrecemos nada para tapar los baches.
Sólo se rellenan los pozos con políticas asistencialistas que duran una semana y luego... el hueco otra vez. Estaría bueno cubrirlos con trabajo social integral, aprovechando el amplio campo de conocimientos de las ciencias y trabajo profesional, ya que al final del camino, no nos llevamos nada palpable, sino la vida misma.

*Tiro al Blanco*

¿Cuántas veces nos sentimos víctimas de algún agravio?, ¿cuántas veces nos hallamos sometidos a presiones o injusticias?, cuántas veces reproducimos los mismos insultos que nos han proporcionado... los mismos golpes que nos han dado?, cuántas veces perdimos la paciencia y nos ganó la ira?. Todo el tiempo, hombres y mujeres, vivimos inmersos en un continuo estado de agresión física, verbal o psicológica. Pocos que someten a muchos, muchos que aceptan su “condición inferior”, su situación de esclavitud. No una esclavitud meramente física o territorial, sino un encierro emocional, espiritual, educacional.
Se dice que los primeros sesgos de violencia se dan en la familia, pero es tan limitado y estricto afirmar esto, como darle la verdad a cualquier frase que polarice una situación tan amplia y compleja como la violencia.
Grandes filósofos, politólogos, psicólogos, especialistas, entre otros, han analizado a través de los años la influencia, causas y consecuencias de la violencia. Hasta el filósofo inglés Tomás Hobbes que planteó un “estado de naturaleza” del hombre, en donde la condición primera de las relaciones entre los humanos estaba dado por una constante “guerra de todos contra todos”. Rescato sólo esta concepción ya que ilustra una mirada totalmente centralizada en la violencia como una condición innata del hombre.
Sin embargo, la historia y la experiencia han demostrado que diversos factores pueden alterar un ser pacífico y convertirlo en un ser altamente violento. Entre estas se encuentran, las campañas propagandísticas, los productos tecnológicos bélicos (desde simples juguetes de plásticos hasta complejos sistemas electrónicos) y la falta de educación. Esta última es una de las más potentes y fáciles de trasmitir. Mentes en blanco, abstinencia de crítica, de participación, una sociedad analfabeta, es sinónimo de violencia. Una violencia ejercida desde el Estado y acompañada por los demás sectores de poder, como numerosos medios de comunicación y grandes empresas que acrecientan su riqueza gracias a la sumisión de otros.
Años y años de corrupción, desolación, menosprecio, minimización, son años y años de robar la paz del ser, siglos de silencios transformados en golpes y gritos, o golpes y gritos que intentan hacer hablar a esos silencios.
No se niega que existan personas violentas, sólo se intenta rescatar la “construcción de violencia” diaria que se tiene por política mundial. Ya sea por conquistas o por la exposición cotidiana de diversos temas densos en sus análisis, con posturas simplistas de estás “a favor” o “en contra de”. Manejar temas sociales vitales por oposición, enfrentando términos sin un marco teórico-práctico, es otra forma de fomentar una atmósfera violenta entre los ciudadanos que debaten constantemente la actualidad política y económica.
Esa “construcción diaria de la violencia” permite su internalización, para que su cotidianeidad nos haga aceptarla y asumirla como propia de la sociedad, sin cuestionarla ni enfrentarla intentando erradicarla o al menos disminuirla.
Esta postura no es algo utópico, países como Nueva Zelanda, Dinamarca, Noruega, Islandia, Austria, Suecia, Japón, Canadá, tienen los índices más bajos de violencia, según el Índice de Paz Global (Global Peace Index), esto es sinónimo de una sociedad estable, en donde las presiones y necesidades no llegan al extremo de convertirse en lucha por subsistencia, en lucha de poder.
No se debe convivir con la violencia, se debe convivir con la armonía, como seres racionales deberíamos poner en “la mira” la tolerancia y el respeto por la diversidad, y sobre todo mejorar las “condiciones de vida” para que estas no impongan “condiciones de muerte”.

*Manos sin Nombre*

Recorrer un camino no es fácil, y más si es el camino de la vida. Se presentan numerosos obstáculos, paradas, curvas, subidas y muchas veces debemos retroceder. Hay tantos vías como personas y opciones de viajes como posibilidades de elección. Pero todos esos inconvenientes que se presentan a lo largo del sendero, son los que vuelven entretenido y anecdóticos los pasos que damos.
La mejor manera de sobrellevar esas dificultades de la vida, son las que se afrontan con la ayuda de alguien. Ese alguien que muchas veces no lleva nombre, ni etiqueta social, no pide nada a cambio y sin embargo se lleva la misma o más alegría que el asistido. La felicidad de vivir, de poder ayudar, de sentirse útil, de contribuir y de sentir con el otro.
“Para ser voluntario un acto, ha de proceder de un principio intrínseco con algún conocimiento del fin” esta frase de Santo Tomás de Aquino, pone en evidencia el compromiso y lealtad del voluntariado social.
El dar es la esencia de la persona que lo ejerce, si en su interior no tiene la necesidad de participar que lo lleve a esa búsqueda constante de ayudar al que lo necesita, si no posee la ambición de generar cambio o la motivación de superarse, el servicio no sería tal. Y esta condición del ser, debe ser inseparable del saber sobre las consecuencias de la acción que se va a llevar a cabo. No de forma total, por supuesto, ya que nunca se pueden conocer la totalidad de los resultados en los que devendrá tal o cual acción. Pero sí, tener presente el objetivo y las principales características y resultados en los que puede derivar.
Así el “ser voluntario” se presenta como una actitud activa, en constante cambio y generadora de soluciones. Gracias a las actividades de voluntarios en todo el mundo, muchos reciben ayuda, mejoran sus condiciones de vida, comparten vivencias y “despiertan” sus mejores sentimientos.
Se puede hablar de varios tipos de voluntariado, ya sea por área de acción: social, ambiental o de cooperación; según la actividad realizada: pedagógico, ocio y tiempo libre, apoyo de gestión, acogida temporal, emocional, entre otros; voluntariado de menores, en familia, de personas mayores; existen otras clasificaciones dependiendo el tiempo que se dedica al proyecto, el nivel de compromiso, de cooperación internacional o local.
Pero en relación con la esencia del voluntario, sus acciones y los objetivos, es primordial dividir la acción del voluntariado de acuerdo a la finalidad: asistencialista (cubre las necesidades básicas de una exclusión sin generar cambio a largo plazo), el activista (que denuncia diversas condiciones de exclusión), y el desarrollista (brinda formas de superación a las circunstancias de exclusión). Este último se presenta como el más consistente, que contiene bases generadoras de transformación, presentándose como el más desafiante.
Así el voluntariado se muestra como una alternativa al cambio social, produciendo además de bienestar físico y emocional en la población, un gran impacto en la actividad económica de los países. Por ejemplo, en Estados Unidos, según la Corporación por el Servicio Comunitario y Nacional (Corporation for National and Community Service), se estima que en 2008, 61.8 millones de estadounidenses (lo cual equivale al 26.4 por ciento de la población adulta), dieron unos ocho mil millones de horas de servicio voluntario, 162 millones de dólares. (Las cifras de 2009 serán publicadas a mitad de año).
Finalmente, una buena alternativa para ese camino que andamos a diario, es servir. Se aprende, se enseña y se valora la vida, se evita el aburrimiento y se trabaja la imaginación, sintiéndose útil y valorado por los demás miembros de la comunidad. El escritor francés, Francois Mauriac, decía que "llegar a ser alguien significa llegar a ser otro distinto a sí mismo". El dar y compartir transforman nuestro ser y ya nunca seremos el mismo que antes. Caminaremos, elegiremos, volveremos y sentiremos, pero perteneciendo, en vez de estar de paso.

*Comprando el Alma*

Sensaciones invisibles provocadas por grandes intereses y cambios de paradigmas a través de los años. Sacudidas de inseguridad, de vacío, angustias, soledad que intentamos tapar con objetos. Cosas que al fin y al cabo son meros materiales fríos que no llenan los vacíos del alma.
¿Qué intentamos tapar? Vacantes terrenales, que parecen agujeros infinitos que provocan más y más adicción, minutos de distinción y gloria que se esfuman al mirarnos en el espejo, ojos que no dicen nada y manos atadas a algún producto de “marca”, de “moda”, de “última generación”.
Cuesta entender que la felicidad se logra llenando esos vacíos con productos intangibles y gratuitos si, gratuitos. La solidaridad no está en la góndola de la perfumería más cara, las amistades no las encontramos dentro de un vestido con estraces, un buen consejo no está en la guantera de un auto de lujo, la sonrisa de un niño enfermo no aparece en el fondo de una pantalla táctil de un celular última generación.
Las mayorías de las personas sólo encuentran motivación llenando bolsas en el shopping. Cuando en realidad se motivarían mucho más participando, interactuando, ayudando en diferentes ámbitos que les enseñarían a ver el mundo con otros ojos, en donde crecerían espiritual y moralmente en los cuales cicatrizarían esas heridas de avaricia y desolación que parecían insaciables.
Desde que el consumo pasó a formar parte primordial en nuestra vida, la sociedad está metida en un carrito de supermercado. Cada vez más cercano a nosotros y con todas las comodidades, ya no basta con ir al shopping, ahora con el avance de la tecnología el súper lo tenemos en la casa, por internet, con miles de páginas que son “tiendas” enteras como mercadolibre.com, megaventasonline.com, todoar.com y tantos comercios que tienen su “cede” online. La finalidad de la vida es pertenecer por lo que tengo, no por lo que soy. Como si al morir el alma llenara una mochila con joyas, etiquetas de ropa y otros tantos elementos que compramos por lindos, baratos, de “marca” o “únicos”.
Quizás tomar un helado en el parque con un ser querido que hace mucho no vemos valga más que todo un fin de semana de compras.
Esto no sólo hablado al nivel de personas que poseen grandes sumas de dinero, sino también de otros que no llegan a fin de mes con la comida pero no se privan de sus productos tecnológicos de última generación, de sus relojes, anteojos de sol y zapatillas importadas.
¿Cómo hacemos para ser medidos? En un mundo en donde la publicidad manda, en donde la moda impone las reglas... el culpable no es el otro, el empresario que toma provecho de esto, el ideólogo y creadores que continuamente producen sensaciones con sus objetos nuevos, los oportunistas que aprovechan las demandas sociales para transformarlas en necesariedades que sólo se reflejan en una sustitución momentánea del querer. Lo que hay que plantearse no es el saciar una necesidad en el aquí y ahora , sino ver más allá y que no sólo cubra la herida sino que la cicatrice, que a futuro pueda lograr en nosotros el sosiego de aquello que nos hace adictos a las compras.
Tampoco hay que confundir consumismo por progreso. Puedo comprarme un celular mejor, un auto mejor que el que tengo y no por eso sería consumista. O por no ser consumista quedarme con lo que tengo y no adelantar más, no desear tener cosas mejores, privarse de algo que uno quiere, no luchar por aquello que me hará feliz.
Lo bueno es encontrar el equilibrio, que tan difuso es. Lograr progresar y a medida que se recorre el camino ir distinguiendo que es lo necesario, lo esencial y que es lo que realmente me sirve de lo que sólo me hará aparentar y no lo disfrutaré plenamente.

*Horizontes del Silencio*

Un día le pregunté al hermano Agustín Fontaine, “¿Por qué Dios no nos habla?”, a lo que él respondió rápidamente, “ ¿a vos te parece que no nos habla?. Nunca lo había pensado de ese modo. Quizás sea al revés y nos esté hablando demasiado. En cada rincón de la tierra, en cada niño que llora, en cada hombre que muere por falta de agua potable, en cada mujer que no llega a cumplir los 30 años por mala alimentación. En cada bebé que está aplastado bajo escombros producto de guerras, que dicen ser “por la paz”.
Ese silencio que yo cuestionaba tanto, es el que ahora valoro. Esa repregunta que me planteó mi amigo, abrió en mi mente un sin fin de críticas y culpas, pero no a Dios, sino a la humanidad. No nos hacen falta tantos discursos, ni palabras ostentosas, ni frases con rima. Con tan solo una imagen, con sólo ver la miseria de cada uno de nuestros países, me basta para pensar que el Señor habla cada vez más fuerte, que nos hace llegar por todos los sentidos sensaciones, vivencias y dolores extremos, para que reaccionemos.
Los efectos del cambio climático, las guerras, los asesinatos, suicidios, atentados, indiferencia, el desinterés, el egoísmo y un sinfín de acciones que condicionan la libertad del otro y que nos dejan sin un futuro digno. Vamos hacia allí, hacia un horizonte que podrán experimentar las próximas generaciones. Imaginémonos parados en ese borde y miremos ese abismo infinito de los próximos años, o mejor no. Giremos 180grados y veamos que hacemos hoy para forjar ese devenir. Lejanía es una fecha, una proyección, un sueño, una utopía, al futuro lo construimos y lo dañamos ayer, lo edificamos y deterioramos a cada instante.
Hubo muchos que comunicaron en el silencio, muchos con buenas acciones solidarias, cooperativas y desinteresadas. Muchos que prefirieron callar como una muestra de oposición. Muchos que sufrieron el silencio de otros, otros que se salvaron por el silencio de muchos. Deberíamos tomar el ejemplo y las vivencias de esas grandes personas que comunicaron en el silencio, que dejaron una enorme huella en el aire que respiramos.
Aquí sólo tres de tantos que se animaron a desafiar, a resistir y a proponernos que actuemos para en vez de desperdiciar, valoremos y sostengamos este mundo natural y social, que tanto nos da y al que tanto sometemos.



*Moviendo las Piezas de la Discriminación*

Como en un tablero de ajedrez, las personas vivimos el día a día presas de los movimientos discriminatorios de los demás. Los prejuicios, las diferencias, el poder, la ambición, son algunos factores que ocasionan una de las opresiones más grandes de la humanidad, la discriminación.
Esas famosas piezas del juego de mesa representarían las más diversas formas de intolerancia que se tiene para con los otros. Ideología distinta, diferencias de género, edad, color de piel, nacionalidad, nivel económico, entre otras. Todos en el mundo, sufrimos el desprecio, la negación o el desplazamiento de un contexto determinado por una actitud u acción arbitraria.
Pero en pleno siglo XXI, son pocos los logros conseguidos en la lucha contra la discriminación. Es más, la globalización ha generado que ya no se hable del problema como algo cotidiano, sino que presenta características más complejas. Para el sociólogo mejicano Rodolfo Stavenhagen, ex Relator Especial para los Derechos y Libertades de los Pueblos Indígenas de la Organización de las Naciones Unidas la discriminación es una forma sistemática de exclusión social y marginación de múltiples grupos sociales, culturales, étnicos y religiosos. Pese a intentos de mejora y acuerdos a nivel internacional, este problema estructural e histórico presenta aspectos que distan mucho de lograr un avance.
Cada persona observa, siente y critica de diferentes maneras su alrededor. Eso hace que las perspectivas y las disimilitudes humanas hagan a este mundo tan interesante y sorprendente. Si fuéramos todos iguales, clones, sólo seríamos un objeto más repetido.
Discriminamos, muchas veces sin pensarlo, herimos, marginamos a otros, solo por tener algo que nos desagrada, que no “encaja” en nuestros parámetros culturales. Deberíamos reflexionar que si todos fueran tal cual queremos, que tuvieran nuestros mismos gustos y aceptaran lo que decimos sin cuestionar, perderíamos el desafío y el crecimiento personal que nos impone la diversidad.
Cual piezas de ajedrez, unos a los otros, nos vamos excluyendo del tablero, sintiéndonos fuertes con la degradación ajena.
Esta en cada uno de nosotros, planear una estrategia distinta para convivir en armonía. Logrando usar esas diferencias en la construcción de sociedades más fuertes e inclusivas.

*Saboreando la Vida*

El futuro de la nación son los niños y jóvenes. Todo lo que pasa a nuestros alrededores les afecta. Emocionalmente los pre-adolescentes y adolescentes, atraviesan una etapa difícil, con incertidumbre e indecisión, sumado a que están formando su carácter y eligiendo su camino hacia el futuro. Pero, ¿qué horizonte les ofrecemos?.
Para brindarles un porvenir beneficioso, hay que dar un buen presente. Los malos ejemplos abundan, y solapan a los buenos. Todo se basa en el interés... propio, no en el comunitario. La ambición desmedida de gobernantes, empresarios y dirigentes de diversas compañías, acrecientan los conflictos y el deterioro del planeta en el que habitamos.
Quizás por querer corregir errores del pasado, malos hábitos de generaciones anteriores, caímos en la polarización contraria. El consumo desmedido junto con los adelantos tecnológicos y el acelerado ritmo de vida, generaron otras alteraciones que dañan aun más a la humanidad.
La obesidad en los niños y adolescentes son un claro ejemplo del accionar inadecuado. En los pasados treinta años la cantidad de personas con sobrepeso se ha triplicado, según un informe del Centro para el control y prevención de enfermedades (CDC, siglas en inglés). Afectando aproximadamente a un 20 por ciento de niños entre 6 y 11 años, y un 18 por ciento de jóvenes entre 12 y 19 años. Estas cifras se suman a los 12.5 millones de pequeños que son obesos en los Estados Unidos.
El exceso de calorías y grasa, convierten a los muchachos y muchachas en objetos impotentes de generar un cambio en si mismos. Si como familia y comunidad no se pudo, y no se advirtió la obesidad en determinada persona, lo mejor es combatirla.
Para pelear contra algo, lo primero es creer. Creer que se puede transformar esa realidad. Que su hijo, vecino, compañero u amigo puede tener una vida saludable, comiendo todo lo que le gusta.
Para dejar de tener sobrepeso, hay que conocer. Conocer los causantes de la obesidad. En la mayoría de los casos están relacionados con: ingesta de alimentos con altos contenidos de grasas y azúcares, servir porciones mayores a las que un niño puede asimilar en su organismo según su edad, descuidar los impulsos alimenticios de su hijo, puede que el niño tenga algún estimulo particular por ciertos alimentos, ya sea que los desee al mirarlos o por su sabor; desahogar problemas, frustraciones o temores, comiendo en exceso; demasiada publicidad y moda que captan la atención de los púberes con mensajes erróneos; y la falta de ejercicio.
Conocer las consecuencias. Los niños obesos tienen problemas en sus movimientos, insuficiencia para respirar, asma y afecciones cutáneas. En la adultez, las personas obesas tienen mas probabilidades de sufrir diabetes, hipertensión, tener mayores niveles de colesterol y trastornos cardiovasculares, entre otras.
En fin, para luchar contra esta enfermedad, es necesario actuar. Actuar rápido y con constancia. Solicitando ayuda profesional, con el apoyo de los familiares y amigos. Desde pequeños se debe concientizar sobre el balance adecuado en la dieta para un buen crecimiento. En esto es primordial la actitud de los padres y el personal escolar.
No prohibir, sino explicar y racionalizar. Crear una rutina basada en el deporte y el juego, sin la “adicción al monitor”. Recrearse en frente al televisor o la computadora es saludable usándolos pocas horas al día. Se pueden ingerir todos los alimentos que son deliciosos, sin que esto se convierta en una frustración de la persona y humillación de la vida.

*Flores en invierno*

Los excesivos cambios climáticos como los intensos fríos y calores extremos, inundaciones y sequias, las plantas que florecen en invierno; ¿Que deseamos?, ¿qué pensamos sobre la vida?, ¿cómo nos influye en el animo de cada uno la naturaleza?, solo es cuestión de recapacitar y sentirnos parte del mundo en el que vivimos y saber que formamos parte de sus transformaciones.
Esas alteraciones son un alerta, que en silencio nos gritan reclamando conciencia, pidiendo reveamos conductas que nos dañan cada vez mas. El cambio climático, no solo es un estado variable de la condición atmosférica. Es un problema generado, la mayor parte, por el hombre.
En la ultima cumbre sobre el cambio climático, celebrada en Copenhague, se intentó, sin muchos logros, que los países contribuyan cada vez mas en la creación de limites en las reducciones de gases contaminantes y en el descenso en la deforestación indiscriminada en los ecosistemas.
Una gran paradoja, la acción devastadora del hombre es la que mas perjudica la vegetación y la tierra que le provee su subsistencia. Las actividades humanas modifican la realidad física de la atmosfera. Esto provoca un aumento en las emisiones de dióxido de carbono y la reducción de la absorción de este gas por los ambientes naturales.
El cambio climático no es solo una cuestión puramente científica, abarca tanto la ciencia como la política y economía. Es un fenómeno que se debe discutir y accionar como una cuestión de derechos humanos. El impacto que producen las alteraciones en el clima a nivel de desarrollo humano son variadas y cada vez mas grandes.
Cecilia Ugaz, editora del informe mundial sobre Desarrollo Humano del “Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo”, enumera algunas de las consecuencias del gran impacto que provoca el cambio climático en las poblaciones: 1.800 millones de personas sufrirán estrés por faltante de agua, el desplazamiento de 332 millones de personas de las zonas costeras por cambios climáticos extremos, desaparición de importantes ecosistemas para el sustento de poblaciones vulnerables, la reaparición de enfermedades que se creían controladas, como la malaria; y la caída de la productividad agrícola, provocando alrededor de 600 millones de personas en peligro de malnutrición.
Que el tema se haya implantado en la sociedad, que nos cuestionemos, debatamos y demandemos mas control, es un gran avance. Esperemos que los próximos participantes de la XVI conferencia internacional sobre el cambio climático, que se dictará este año en México, logren llegar a acuerdos que no queden sólo en papeles, sino que se concreten en la práctica.